El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que afecta la capacidad de una persona para concentrarse, controlar impulsos y regular su nivel de actividad. Es comúnmente diagnosticado en la infancia, pero puede continuar en la adolescencia y la edad adulta.
Principales características del TDAH:
Falta de atención: Dificultad para mantener la concentración, terminar tareas o seguir instrucciones. Las personas con TDAH suelen ser distraídas y olvidadizas.
Hiperactividad: Movimiento constante, inquietud o dificultad para permanecer en una misma posición, sobre todo en situaciones en las que se espera que la persona esté tranquila (como en clases o reuniones).
Impulsividad: Tomar decisiones apresuradas, interrumpir a otros o actuar sin pensar en las consecuencias.
Tipos de TDAH:
Predominantemente inatento: La persona muestra principalmente síntomas de falta de atención.
Predominantemente hiperactivo/impulsivo: Los síntomas principales son hiperactividad e impulsividad.
Combinado: Se presentan síntomas tanto de falta de atención como de hiperactividad/impulsividad.
Causas:
El TDAH no tiene una causa exacta, pero se cree que está relacionado con factores genéticos y el desarrollo del cerebro. También influyen factores ambientales, como la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo.
Tratamiento:
El TDAH se trata con una combinación de terapia conductual, medicación (como estimulantes que ayudan a mejorar el enfoque y el control de impulsos) y estrategias educativas para ayudar a la persona a manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
Con el tratamiento adecuado, las personas con TDAH pueden llevar vidas plenas y productivas.
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